¿Cómo ve usted a la
Iglesia? ¿La ve vieja? ¿La ve algo perdida? ¿La ve joven y hermosa? Hay un
refrán que dice: “Nada hay de verdad o de mentira, todo es del color con que se
mira”. ¿Con qué ojos mira usted a la
Iglesia? ¿Olvida que también usted es Iglesia? Los católicos son el escaparate
de la Iglesia. ¿Cómo ven a la Iglesia cuando lo ven a usted?
Usted es la Iglesia, es
una parte de la Iglesia y sus pecados: odios, rencores, murmuraciones,
calumnias, egoísmos… ensucian a la “Iglesia”
igual que los pecados de los sacerdotes y los obispos. ¿Quiere usted que la Iglesia aparezca ante la sociedad, hermosa, bella
a los ojos y fascinante a los corazones? Pues comience por ser usted “mejor
católico”. Si el sacerdote de su parroquia no es del todo perfecto o incluso es
poco ejemplar para usted, más que un motivo de crítica, debe ser ímpetu para
ser usted un excelente católico. ¡La imagen de la vieja Iglesia que da el
Sacerdote, contrarréstela con la imagen de joven que de la Iglesia da usted!
Pero ningún católico
debe escandalizarse de ver a la Iglesia santa y pecadora. Entre los doce
Apóstoles que escogió el Señor, uno, Judas, lo vendió por unas monedas y san
Pedro, el primer Papa, negó conocer al Señor, ante una criada. La Iglesia nunca
será totalmente “perfecta”, pues sólo Dios es perfecto y todas las personas
tenemos mucho de santas y algo de pecadoras.
¿Le quita a usted la fe
el que san Pedro negara conocer al Señor o que Judas Iscariote lo vendiera por
unas monedas? ¡No! ¿Entonces por qué dice que los curas le quitan la fe? La fe
es un don de Dios que Él mismo concede a quien se lo pide, y sólo aquel que no
cuida ese don, la fe, lo pierde, o lo deja morir, por no alimentarlo
frecuentando los sacramentos.
De la revista "SHEMA" 2013 especial Iglesia 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario