“Jesús nació en un establo.
Un establo, un auténtico establo, no es el portal simpático y agradable que los pintores cristianos dispusieron para el Hijo de Dios, avergonzados de que Dios hubiera yacido en la miseria y la porquería. No es tampoco el pesebre en escayola……ni el establo limpio y bonito de lindos colores….el borriquillo en éxtasis y el buey contrito…..Todo esto puede ser un juguete para niños pequeños, pero no es en verdad el pesebre en que nació Jesús.
Un establo, un verdadero establo, es una casa de las bestias, es la cárcel de las bestias que trabajan para el hombre. El viejo y pobre establo del país de Jesús no es el pórtico de columnas y capiteles ni el Belén elegante de la Nochebuena. El establo no es otra cosa que cuatro paredes toscas, un empedrado mugriento y un techo de vigas y de lajas. El verdadero establo es lóbrego sucio y maloliente. Este es el establo en el que Jesús fue parido. El primer aposento del único puro entre todos los nacidos de mujer fue un lugar asqueroso…..
Jesús no nació de casualidad en un establo…..Una noche sobre esa pocilga que es la tierra en la que con todos los embellecimientos y perfumes se logra ocultar el fiemo, apareció Jesús, parido por una Virgen sin mancha, armado solo de su inocencia…..
Y los primeros en adorarle fueron los animales y no los hombres.
Buscaba entre los hombres a los simples y entre los simples a los niños; más simples aun que los niños, más mansos, lo acogieron los animales domésticos….”.
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Todas esta frases figuran en el capítulo “El Establo” del libro “Historia de Cristo” del que es autor el escritor italiano Giovanni Papinni ( Florencia 1881-1956).
Papini, prolífico escritor de estilo inconfundible, agresivo, polémico, de vida agitada y tumultuosa, convertido al catolicismo y en sus últimos años monje en el Convento Franciscano de Verna, en Florencia.
Los párrafos escogidos no son solo una muestra del estilo literario de Papini, sino que pueden servir para meditar sobre la gran humildad del más Grande entre los Grandes, que se hizo Hombre y vino al mundo de la manera que Papini describe. Si no fue así estuvo muy cerca de serlo.
