viernes, 31 de enero de 2014
martes, 28 de enero de 2014
Bienaventuranzas de la paz
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Felices los que viven en paz con
el Señor.
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Felices los que gozan de
paz en la conciencia.
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Felices los que construyen la paz en la familia.
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Felices los que siembran
paz entre los amigos.
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Felices los que desean paz
a los enemigos.
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Felices los apóstoles de la no-violencia.
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Felices los que destierran la venganza.
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Felices los que saben perdonar.
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Felices los que aceptan el perdón.
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Felices los vencedores que no se imponen.
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Felices los vencidos que no alimentan el odio.
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Felices los que saben que las guerras nunca son
santas.
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Felices los que piensan que es posible el
consenso.
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Felices los que no escuchan
el diálogo
de sordos.
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Felices los que no hablan el
lenguaje de las pistolas.
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Felices los que intentan comprender.
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Felices los que tienen hambre de paz.
domingo, 26 de enero de 2014
La homilía de Don Julián para el 26 de enero
Domingo. III TO. (26 de Enero)
Mateo 4, 12-23
¿Dónde se celebran los grandes acontecimientos? En las
ciudades más pobladas e importantes. Así es y así ha sido. Pero… pero así no
piensa ni actúa Dios. El acontecimiento más grande de la Historia Humana tuvo
lugar en una aldea llamada Belén (casa de pan) y la prolongación de ese
acontecimiento en un pequeño pueblo de pésima fama: Nazaret (mirador, flor = la
flor de Galilea) y de Israel, el territorio más paganizado hasta el punto de
ser llamada despectivamente: “Galilea de los gentiles”.
Jesús respeta los pasos y tiempos marcados por el Padre, y
la voluntad del Padre es empezar a ser LUZ para los más alejados. La misión de
Jesús, y hoy la de todos los cristianos, fue misionera y universal. Ésta es la
Misión de la Iglesia, hacerse presente en el Mundo.
Los rabinos de la época de Jesucristo, abrían escuelas, y
allí esperaban y recibían a sus discípulos. Jesús, en cambio, sale a buscarlos
por los pueblos y aldeas, y les predica y enseña en cualquier parte. ¿Por qué
no seguimos el ejemplo de Jesús? ¿Por qué no quedamos en los templos a que las
personas vengan? ¿Por qué no salimos a las plazas y calles a anunciar el
Evangelio?
Muchos sacerdotes y seglares se excusan diciendo que los
tiempos son malos, que la sociedad está semipaganizada, que muchos son
anti-católicos… etc. ¡No caben excusas! Más paganizada estaba Galilea y Jesús
la escogió para estrenar su predicación: “El pueblo que habitaba en tinieblas
vió una luz grande”.
Empecemos la Nueva Evangelización con una sonrisa:
“Una sonrisa no cuesta nada y
produce mucho. Enriquece a los que la reciben, sin empobrecer a los que la dan;
no dura más que un instante, pero su recuerdo es a veces eterno. Nadie es
suficientemente rico para no necesitarla.
Nadie es tan pobre que no pueda
darla.
Foja la felicidad del hogar.”
El corazón de las personas tiene sed de Dios, porque Dios es Amor. Y es muy importante que
los Sacerdotes y laicos cristianos anuncien el Evangelio, pero comenzando con
una sonrisa.
Si hablas del amor de Dios y de que Dios es amor y que Jesús
nos ha salvado, pero lo haces con tristeza, nadie te creerá, y a lo mejor es
que tú no estás muy convencido.
miércoles, 22 de enero de 2014
Quiero, Señor Jesús, escucharte
Los Magos preguntaron a Herodes...
¿En quién
te apoyas tú para tu búsqueda personal? ¿En qué medida
puedes ser orientación para otros que anden despistadillos?
Quiero, Señor Jesús, dejar todo,
quedarme libre para seguirte.
Quiero,
señor Jesús, arriesgar mi camino con el tuyo.
Quiero,
Señor Jesús, dejar mis miedos, dar paso a mi fe de joven.
Quiero,
Señor Jesús, fiarme de tu plan porque me amas.
Yo
sé que me has mirado, que has puesto tus ojos en mí.
Yo
sé que me quieres para ser servidor de tu Reino.
Yo
sé que me das fuerza de tu Espíritu para ser enviado.
Yo
sé que es posible realizar tu plan y ser feliz.
Señor,
quiero hacer de tu Persona y tu Evangelio, el Proyecto de vida que dé
sentido a mi existencia.
Aquí
me tienes, Señor, para hacer tu voluntad.
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domingo, 19 de enero de 2014
La homilía de Don Julián para el domingo 19 de enero
II T.O. 19 Enero.
Jn 1, 29-34
“…El que quita el pecado…”
¿Qué pecado? ¿Quién
dice que el hombre peca? ¿Quién se atreve a decir que las personas pecan?
¿Quién se atreve hoy a ser Juan Bautista y señalar a las personas pecadoras y a
Jesucristo como el único Salvador?
Lo peligroso no es que los hombres de hoy se declaren
agnósticos, ateos o light. Lo lamentable es que los creyentes no proclamen su
amor, su entusiasmo por vivir el Evangelio y proclamarlo. El escritor Julien
Green, al hablar de las reuniones de los cristianos, decía que “todo el mundo creía, pero nadie gritaba de
asombro, de felicidad”. ¿No es para asombrarse y gritar de felicidad creer
que Jesús nos limpia de nuestros pecados? ¿Por qué no lo gritamos? ¿Nos
avergonzamos de que Jesucristo sea nuestro salvador?
Jesús murió en la Cruz a las 3 de la tarde. A esta hora eran
degollados en el Templo los corderos, a los que los pecadores pasaban sus pecados.
“Jesús cargó con nuestros pecados”. Juan el Bautista presenta y llama a Jesús:
“El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
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Si te equivocas, no te quedes en lamentos, rectifica.
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Si tomas un camino equivocado, coge otro camino.
-
No cambies el camino que Dios ha trazado para ti por
ningún otro camino, ¡no serás feliz!
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Cuando te sientas cansado, descansa, pero no te dejes
seducir por los que te digan: ¿Para qué seguir caminando?
-
Nunca dejes de pedirle a Dios que te ayude a ser una
persona de fuerte voluntad.
La oración hace fuerte la voluntad y la voluntad que emana
de la oración te hará ser buen cristiano. Cuando alguien te pregunte:
-
¿Quién te ha dicho que existe Dios?
-
¿Quién te ha dicho que Dios te ama?
-
¿Quién te ha dicho que Jesús es Dios?
Tú mira a Cristo muerto y resucitado y dile:
Jesús, muriendo por mí,
Jesús, ofreciéndome la Resurrección, es quien me lo ha
enseñado. La Iglesia sólo me repite lo que Jesús dijo.
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