4º Adviento (22 diciembre).
Mt 1, 18-24
“José, su esposo, que
era bueno, hombre justo, no quería denunciarla… pensó dejarla en secreto”.
Nuestra sociedad está necesitada de hombre como san José. La
crisis económica se solucionará y volveremos a creernos que somos ricos, pero
si las personas no mejoramos, si no hacemos rico a nuestro corazón, si como san
José no somos honrados, justos y dispuestos a SACRIFICARNOS por los demás, la
crisis no estará en las cuentas del Banco, sino en el corazón de las personas y
en la convivencia.
Ante la sorpresa al ver a su esposa embarazada san José no
acude a la Ley para defender su honra.
Estaba en su pleno derecho, pero su amor hacia María era tan grande que
pensó quedar mal él ante todos a manchar el honor de la Virgen.
- Por encima de la justicia, está el amor
- Por encima de mi honor, está el amor
- Por encima de mis derechos, está el amor
- Por encima de las apariencias, está el amor
San José no aturde a la Virgen con reproches y acusaciones.
No entiende lo que ha ocurrido, le cuesta creer que María le haya engañado,
pero sus ojos ven lo que ven. ¿Qué puede hacer? Y en silencio valora lo que es
o no importante. Y como él es un hombre bueno, busca una solución buena,
bondadosa: Él se presentará como el mal marido que abandona a su esposa después
de dejarla embarazada. ¡Él ama a María y su amor y María son intocables!
Buen ejemplo el de san José: ¡Por encima de la acusación
está el amor! Como decía José María Pemán: “Piensa bien aunque no aciertes”.
1.- ¿Estamos preparando nuestro corazón para acoger a Jesús?
2.- ¿Estamos creando clima de Navidad en nuestro hogar?
3.- ¿Le hablamos a los hijos sobre lo que se celebra en la
Navidad?
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