Sagrada familia.
(29 Diciembre)
Mt 2, 11-15, 19-23.
André Maourois decía: “Es bueno empezar al jornada diaria
con una dosis de ternura que perfume las acciones de todo el día hasta la
noche”. ¿Y dónde se puede encontrar esa dosis de ternura? ¡En la familia!
Tagore cuenta una historia bella y tierna.
Eran muy pobres. La esposa ayudaba en la huerta que su
esposo cultivaba. El esposo iba cada día a vender sus verduras a la ciudad. Por
la noche se sentaban los dos a la puerta de su choza. El marido se recreaba
sujetando entre los dientes su pipa vacía y la esposa suavizando su gran
melena. Iba a llegar el aniversario de su boda, y ambos para sí se preguntaban
qué regalo hacerse el uno al otro. El marido fue a la ciudad y vendió su pipa y
le compró a su esposa un peine para su hermoso pelo. La mujer también fue a la
ciudad y vendió su pelo y le compró a su marido tabaco para su pipa. Cuando se
encontraron en su choza y la mujer ofreció el tabaco y el marido el peine…
lloraron de alegría. Los dos habían vendido lo que más apreciaban para
ofrecerle al otro una muestra de su amor.
¡Maridos y esposas! ¿En qué os parecéis a los de la
historia? ¿Es vuestra esposa/o lo que más valoráis? ¿Sacrificáis vuestros
gustos por agradaros?
Tened presente unas palabras de la película “la ciudad de la
alegría”: Lo que no das, lo pierdes.
- ¿Crees en el amor? = ¿Y cuánto amas?
- ¿Crees en la familia? = ¿Y qué haces por ella?
- ¿Crees en tus hijos? = ¿Y cómo los educas?
- ¿Crees en Dios? = ¿Lo tienes de invitado en tu hogar?
- ¿Crees que la Iglesia es tu gran familia? = ¿Y qué haces
por ella?
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