7 consejos para un
matrimonio maduro
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El matrimonio es
para amar. Y amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es donación. La
medida del amor es la capacidad de sacrificio. La medida del amor es amar sin
medida. Quien no sabe morir, no sabe amar. No olvides: amar ya es recompensa en
sí. Amar es buscar el bien del otro: cuanto más grande el bien, mayor el amor.
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El amor
verdadero no caduca. Se mantiene fresco y dura hasta la muerte, a pesar de que
toda convivencia a la larga traiga problemas. El capricho, sólo ama hoy. Los
matrimonios son como los jarrones de museo: entre más años y heridas tengan, más
valen, siempre y cuando permanezcan íntegros. Soportar las heridas y la lima
del tiempo, y mantenerse en una sola pieza es lo que más valor les da. El amor
hace maravillas.
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Toda fidelidad
matrimonial debe pasar por la prueba más exigente: la de la duración. La
fidelidad es constancia. En la vida hay que elegir entre lo fácil o lo
correcto. Es fácil ser coherente algunos días. Correcto ser coherente toda la
vida. Es fácil ser coherente en la hora de alegría, correcto serlo en la hora
de la tribulación. La coherencia que dura a lo largo de toda la vida se llama
fidelidad. Correcto es amar en la dificultad porque es cuando más lo necesitan.
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Séneca afirmó:
“Si quieres ser amado, ama”. El verdadero amor busca en el otro no algo para
disfrutar, sino alguien a quien hacer feliz. La felicidad de tu pareja debe ser
tu propia felicidad. No te has casado con un cuerpo, te has casado con una
persona, que será feliz amando y siendo amada. No te casas para ser feliz. Te
casas para hacer feliz a tu pareja.
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De ti depende
que la vida conyugal no sea como una fortaleza sitiada, en la que, según el
dicho, “los que están fuera, desearían entrar, pero los que están dentro,
quisieran salir”.
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El amor
matrimonial es como una fogata, se apaga si no la alimentas. Cada recuerdo es
un alimento del amor. Piensa mucho y bien de tu pareja. Fíjate en sus virtudes
y perdona sus defectos. Amar es hacer que el amado exista para siempre. Amar es
decir: “Tú, gracias a mí, no morirás”.
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Para perseverar
en el amor hasta la muerte, vive las tres “Des”: Dios. Diálogo. Detalles.
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Dios: “Familia
que reza unida, permanece unida”. ¿Es utópica esta frase?
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Diálogo, para
evitar que los problemas crezcan. ¡Quien grita no tiene razón!
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Detalles: de
palabra y de obra. “Qué bonito peinado”. “¿Qué se te antoja comer?” “Eres la
mejor esposa del mundo”. “Hoy, la cena la hago yo”. “Nuestros hijos están
orgullosos de ti”. El amor matrimonial nunca puede estar ocioso.
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