viernes, 11 de julio de 2014

Es tamos acostumbrados a...

Estamos acostumbrados a vivir en nuestra casa y a no tener otra vista que no sean las ventanas de las otras casas que nos rodea.
Y como estamos acostumbrados a no ver más que edificios y ventanas, nos hemos habituados a no mirar para afuera.
Y como no miramos para afuera no abrimos del todo los visillos o las cortinas. Y al no abrir del todo los visillos o las cortinas, olvidamos el sol, el aire, el paisaje...y encendemos la luz artiicial antes de tiempo.
Nos hemos acostumbrado a despertar sobresaltados porque se nos hace tarde.
Nos hemos acostumbrado a desayunar rápidamente porque llegaremos tarde a uestro trabajo.
Nos hemos acostumbrado a comer deprisa y a toda velocidad porque no tenemos tiempo para comer con tranquilidad y a gusto.
Acabamos de trabajar cuando ya anochece.
Nos hemos acostumbrado a llegar a casa cansados sin ganas de hacer  nada.
Cenamos con rápidez y nos acostamos, con el estómago pesado y con la sensación de que hemos perdido un día. Y a dormir a toda prisa porque tenemos que madrugar mañana para ir a trabajar.
También estamos acostumbrados a esperar un "no puedo" en el teléfono.
A sonreir sin esperar una sonrisa de vuelta.
A ser ignorados cuando tanto necesi tamos ser vistos.
Si la semana nos ha resultado dura nos consolamos pensando en el fin de semana.
Y cuando llega el fin de semana nos aburrimos y estamos deseando que llegue el lunes para volver a empesar....Y así un día y otro.
Y tanto estamos acosumbrados a ese ritmo de vida que parece como si estuviéranos ahorrando vida por miedo a gastarla...y al final nos olvidamos de vivir.

¿Cuándo nos vamos a decidir a disfrutar de cada minuto que vivimos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario