domingo, 13 de abril de 2014

La homilía de Don Julián para el Domingo de Ramos 13 de abril de 2014

Domingo de Ramos. 13 Abril

Pasión según san Mateo.
Como hace 2000 años, en este domingo, todos los cristianos, proclamamos con nuestros ramos de olivo y nuestros cánticos que recibimos a Jesucristo como Salvador. Y gritamos con amor e inmensa alegría: ¡Jesús, tú eres nuestra esperanza! ¡Jesús, tú eres el Dios que nos resucitas! ¡Jesús, tú eres la paz de pueblo y ciudades!
¿Creéis que Jesús entró en Jerusalén entonces y que hoy no va entre nosotros? Donde quiera que se esté celebrando el Domino de Ramos, allí está Cristo entrando en casas y corazones como hace 20 siglos, entró en Jerusalén.
¿Vas en la procesión de Ramos? Cristo también va. Quizás sea esa anciana que camina con dificultad, pero acaricia su rama de olivo. Quizás es ese niño que agita su rama de olivo y tanto molesta. Quizás sea alguno de esos jóvenes que con cara de algo de vergüenza y de ridículo no entiende el significado del olivo ni de la procesión. ¡A Jesús le gustan tanto ir con los cristianos, mezclarse con ellos, parecer como uno de ellos que… que cualquier cristiano/a puede ser Cristo!
La gente buena de Jerusalén, hombres, mujeres, ancianos y niños recibieron a Jesús, montado en un asno. El asno que representa la humildad, el que soporta la carga sin lamentos. Hoy también la gente buena, los cristianos, sabiendo que Cristo está entre nosotros, no ya sobre un pollino, un asno, sino en las personas de “buena voluntad”, hacemos un nuevo recorrido, una procesión, proclamando: “¡Bendito es Jesús, bendito es Jesucristo, bendito que siendo Dios está aquí con nosotros siendo el bastón que ayuda a los ancianos, la alegría de los niños, el que consuela a los que lloran, y acaricia a los despreciados por cualquier motivo!
Y quizás medios de comunicación, esos que saben de todo, que rechazan con chirigota a Dios y burlas a los católicos, pero ellos se creen dios, griten: “¡Callaos católicos, vuestros cantos y vuestras procesiones nos aburren!”. Pero hoy, como hace 2000 años, Cristo responde: “Si estos callasen, las piedras gritarán”.
Calles de pueblos y ciudades, hoy se han convertido en Jerusalén. Pero ¿qué ha encontrado Cristo en este domingo de Ramos, entre los paganos y los cristianos? ¡Cuánta piedad sencilla en cientos de miles de seguidores de Jesús! ¡Cuánta fe y esperanza en millones de seguidores que en sus corazones doloridos por mil causas siguen proclamando a Jesús como Salvador!
¡Hagamos silencio sonoro! Apaguemos nuestras iras, nuestros odios y desprecios, envidias y rencores… y en el silencio oiremos la voz de Cristo: ¡No tengáis miedo, yo vengo a salvaros, yo soy vuestra fuerza, yo estoy en medio de vosotros!



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