Señor, ¿qué quieres de mí? ¿Qué me pides? Señor, ¿cuál
es el plan del Padre para mi vida?
Señor, ¿cuál es el
proyecto que quieres que realice? Señor,
¿a qué me llamas? ¿Por dónde quieres que camine? Señor,
¿cómo estar seguro de tus caminos en
la vida?
Señor, ¿cómo sé
yo que es eso lo que deseas de mí y no otra cosa? Señor,
¿seré capaz de ser fiel
a la llamada que tú me haces?
Señor, ¿y si
me equivoco y tengo que volver
atrás?
Señor, ¿Cómo comprometerme
si no estoy plenamente seguro?
Preguntas, Señor, siempre preguntas. ¿Cómo saldré de la
duda? Yo quiero tener claro cada
paso del camino.
Soy calculador, Señor, y no
me gusta arriesgar nada.
Yo quiero tener mis seguridades y tengo miedo
a lo
imprevisible.
A fin de cuentas: ¿Te busco o me busco, Señor?
¿Pongo mis ojos en mí o te miro a mí?
¿Son tus intereses los que busco o sólo los míos?
¿Estoy disponible ante ti?
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