domingo, 29 de mayo de 2016

La homilía de Don Julián para el domingo 29 de mayo



“¡Dadles de comer…!”.
No huir ante las dificultades. NO hacerse los desentendidos ante las necesidades y ca-rencias del prójimo. Si estás harto de comida puedes pronunciar el nombre de Jesús, pero quien vive en la angustia del hambre o del desconsuelo no tiene fuerzas para escuchar. Comparte con ellos tu comida, tu fe, esperanza y caridad y te escucharán con el alma y el corazón abiertos.

¡No valen las excusas! Los apóstoles le indican a Jesús que los despida. ¿Qué pueden hacer ellos por aquella muchedumbre hambrienta y en descampado? No tienen dinero ni hay lugar para comprar alimento. Los apóstoles razonan, son lógicos. Pero el amor, y “Dios es Amor”, escapa a toda lógica. El amor es lo más ilógico, aunque lo más necesario para las personas. Por amor se lucha y se muere. Quien no ama es una persona muerta.
Y el que ama tiene el poder de hacer milagros. ¡SI no lo crees es que no amas o amas muy poco! Ya sabemos el amor del Pelícano. Ve a sus polluelos hambrientos, ¿y qué hace? Con su propio pico se arranca a trozos de carne de su cuerpo para alimentarlos. El amor es así de heroico.
- ¿Quién no tiene unas monedas para dar pan para los hambrientos?
- ¿Quién no tiene un poco de tiempo para acompañar a los enfermos?
- ¿Quién está incapacitado para ser amable con la familia o los compañeros?

¡Qué lástima de esas familias que se sientan a comer y están todos enfadados, sin que apenas se dirijan la palabra y si se miran lo hacen con ojos rabiosos!
Corpus Christi es el día del “Amor Fraterno”. Los cristianos tenemos que ser el Amor de Cristo para los hermanos. Si hay pan pero no amor, las relaciones se convierten en veneno. Si no damos pan al hambriento, ni vestido al desnudo el egoísmo es nuestro veneno. Si vives con tu familia, pero no eres “pan dulce de convivencia, eres tóxico y veneno”.
Todos, todos sin excusas tenemos cosas buenas para ofrecer a los demás. ¿Qué le ofreces tú? ¿Qué haces tú cada día de bueno? ¿Haces reír o llorar? ¿Alegras o entristeces con tu comportamiento?
¡Amasa tu vida con amor y ofrécelo con generosidad!

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