domingo, 24 de enero de 2016

La homilía de Don Julián para el domingo 24 de enero


Si el Señor da una carga, nos dará la ayuda para llevarla.

Tuve un sueño preocupante cuando estaba allá. Soñé que había muerto y cuando llegué a las puertas, un taxista estaba delante de mí. San Pedro leyó nuestras vidas y nos dejó entrar. Mostró al taxista su cuarto. Era lujoso, una cama elegante, televisión con pantalla gigante, un bar personal, todo. Después de ver el cuarto del taxista, yo tenía ganas de ver el mío. Resulta que era un cuarto pequeño con una camilla y un foco de cincuenta vatios en el techo. Naturalmente le pedí a San Pedro una explicación. "Mira," me dijo, "¡cuando tu dabas homilías la gente se durmió, pero cuando el taxista los llevó en su coche, ellos rezaron!"

El 27 de agosto de 1978, un día después de su elección al papado, el papa Juan Pablo I hizo esta declaración: “Ayer entré tranquilamente en la Capilla Sixtina para votar. No imaginé que iba a suceder. Cuando empezaba el peligro para mí, dos cardenales dijeron: 'Animo,' 'Si el Señor da una carga, también da la ayuda para llevarla.'"

Jesús recibió el peso mayor. Cumpliría la profecía de Isaías: “proclamar libertad a los cautivos, recuperación de vista a los ciegos y liberación a los oprimidos." Su peso era la salvación de todo ser humano. Como tenía el peso mayor, recibió la ayuda mayor: “El Espíritu del Señor está sobre mi..."

Tú y yo hemos recibido un peso. Obviamente no tan grande como Jesús o el Papa Juan Pablo I. Sin embargo, tú y yo podemos estar tentados a dejar nuestra oportunidad particular. Les pido recordar el ejemplo de San Juan Vianney. Como joven empezó los estudios para el sacerdocio, pero los encontró muy difíciles. Además sufrió de una enfermedad del estómago que le dejó débil y cansado. Decidió que no podía continuar. Su director espiritual reconoció algo especial en Juan y le dijo, "Si te vas ahora, estás diciendo 'Adiós sacerdocio,' y también 'Adiós almas.'" Esas palabras 'Adiós almas' le convenció a dedicar todo a esa meta: la salvación de almas. Durante más de cuatro décadas, trabajó en el pueblecito de Ars y trajo miles a Cristo.

San Juan Vianney aceptó un peso particular y el Señor le dio ayuda extraor-dinaria. Tú y yo también hemos recibido un peso de traer almas a Cristo. El Señor ciertamente nos dará a ayuda necesaria

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