18 T.O. Ni hambre ni sed, 2 Ago.
Jn 6, 24-35
·
Usted no es una
persona, sólo es un animal.
·
¿Por qué me dice
usted eso? Me ofende.
·
Porque sólo piensa
en reproducirse y llenar su estómago. ¿Por qué no se pregunta por qué vive, a
quién ama? Hasta Nietzsche decía: “cuando un hombre tiene un porqué vivir
soporta cualquier cómo”.
·
¡Déjese de rollos,
eso está pasado de moda!
·
Entonces, cuando
esté usted a punto de morir podría decir: “me alimenté y me reproduje, pero no
he vivido”.
¡No es lo mismo existir que vivir!
Jesús nos pide que creamos en Él, que creer en Él es capacitarnos para
amar y que quien no ama existe, pero no vive.
En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice: “Yo soy”. Jesús comienza a
auto-revelarse. Jesús: “Yo soy el pan de vida”. No dice que Él multiplica el
pan. Él dice: “Yo soy el Pan de Vida”. Y a continuación afirma: “El que venga a
mí no tendrá hambre”.
Para entender el significado de esa auto-revelación, tenemos que ver el
contexto. Jesús está hablando a sus hermanos judíos. Jesús es un hijo de Israel;
nació de la raza escogida, el pueblo judío. Su madre, la Virgen María, era una
mujer judía fiel. Cuando el pueblo judío escuchaba la palabra “pan”, ellos
pensaron inmediatamente en la mana, el pan milagroso que Dios les dio durante
los cuarenta años en el desierto. Por eso, dijeron a Jesús, “nuestros padres
comieron el mana en el desierto”.
·
¿De qué tiene
usted hambre o sed?
·
¿Tiene hambre de
ser mejor persona, mejor hijo, mejor espos@, mejor católico?
·
¿Qué siente cuando
reza “danos hoy el pan de cada día”?
La Iglesia católica tiene miles de comedores para atender a pobres, para
que al menos tengan “el pan de cada día”. Los cristianos, y especialmente los
que participan en la Eucaristía dominical, ayudan o sostienen esos comedores. ¡También
en verano! Los comedores de la Iglesia: “no cierran por vacaciones”.
El hombre y la pobreza no tienen vacaciones. Usted católico debe ser consciente
de ello y esté en el lugar que esté, debe colaborar con sus donativos a
mantener la ayuda que ofrece Cáritas.
Seguro que recuerdas un episodio escrito por Dante.
Ugolino y sus cuatro hijos son encarcelados y condenados a morir de
hambre. Durante tres días, Ugolino permanece sentado contra el muro de la
cárcel con la cabeza entre las manos, mudo y triste, sin levantar los ojos para
no ver a sus hijos agonizar de hambre. Después de varios días, dos de sus hijos
se acercaron a él arrastrándose y le dicen: “Padre, ¡come de nosotros!”.
Eso es lo que nos dice a nosotros Jesús, ¿tienes hambre o sed? “Yo soy
el pan vivo y el agua viva”.
oooOOOooo
No hay comentarios:
Publicar un comentario