20 T.O. Verdadera comida y
bebida, 16 Ago. Jn 6, 51-58.
¿Qué es un Cuerpo?
Hoy Jesús hace unas declaraciones atrevidas y dramáticas:
- Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
- El pan que les voy a dar es mi carne.
- Si no comen la carne del Hijo del hombre...no podrán tener vida en
ustedes.
- El que me come vivirá por mí.
Esas declaraciones tienen un contenido dramático. El problema que
tenemos hoy es que estamos tan acostumbrados a estas palabras que vuelan sobre
nuestras cabezas. No tienen ningún impacto. Pero, supone que alguien nos dirige
seriamente y nos invita masticar su brazo. No obstante, Jesús nos dice que él
es pan. Tenemos que comer de su carne si queremos tener su vida dentro de
nosotros.
Pues, tú y yo sabemos que Jesús está hablando de la necesidad de
participar en la Eucaristía si vamos a tener la vida eterna. Dos mil años de
tradición cristiana han aclarado aquel punto. Este domingo me gustaría que
entremos más profundamente en la enseñanza de Jesús con esta pregunta: ¿Que
señaló el por la palabra carne? Jesús nos dice que tenemos que comer su carne.
¿Qué significa aquella palabra?
Según el Diccionario de la Biblia, la palabra carne en este
contexto es una forma de hablar que se llama metonimia. Metonimia es cuando
usamos una palabra para algo con que está asociada. Por ejemplo, porque el
presidente del gobierno vive en Moncloa, a veces se oye cosas como, "Hoy
Moncloa ha enviado un mensaje fuerte a la oposición..." El edificio no
envía un mensaje, significa la presidencia. Otro ejemplo es el uso de la
palabra plato para referir a comida porque comida está asociada con los platos
en que se sirve. En modo semejante, la palabra carne que refiere a músculos y
órganos representa el cuerpo entero. Así cuando Jesús habla de su carne, está
indicando su cuerpo físico.
A pesar de ser una maravilla, el cuerpo humano está sujeto a debilidades
y limitaciones. Nuestros cuerpos nos restringen. El hecho de estar presente en
este tiempo quiere decir que no podemos en el mismo momento estar caminando en
una playa. Puedo pensarlo, pero pensando no lo hace una realidad. Puedo pensar
en miles de lugares y tiempos, pero siempre estoy limitado a momento y lugar
específicos. Mi cuerpo también me limita en otros sentidos: mi voz, la cantidad
de energía que tengo, la capacidad de las células de mi cerebro de hacer
conexiones, todas estas cosas influyen mi capacidad de comunicarles algo.
Jesús, a pesar de tener una naturaleza sin límites, tomó la decisión de
aceptar las limitaciones de un cuerpo humano. Lo hizo (según mi parecer) para
poder estar presente a nosotros en tiempo y espacio - un hombre viviendo en
Palestina del primer siglo. Al final de su vida, paso por un proceso que le dio
la capacidad de romper las barreras de tiempo y espacio. Por este motivo puede
ofrecernos su cuerpo a pesar del hecho que vivimos veinte siglos y miles de
kilómetros lejos de él. Y la cosa más maravillosa es que este domingo nos da la
oportunidad de conectarse en el nivel más profundo posible.
Él es el pan vivo bajado del cielo. Si comemos de su carne, tendremos
vida dentro de nosotros, la única vida que perdura para siempre.
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