domingo, 23 de agosto de 2015

La Homilía de Don Julián para el domingo 23 de agosto


Pocos días antes de ser ejecutado el pastor protestante pro los nazis, Dietrich Bonhoeffer, escribió: “La gracia barata es el enemigo mortal de la Iglesia. Estamos luchando hoy por la gracia cara”. ¿Qué es la gracia cara? La sumisión de la mente y el corazón a la voluntad de Dios. Sumisión del marido a su esposa y de la esposa a su marido hasta llegar a ser uno solo. Y el cristiano uno sólo con Cristo y con la Iglesia.
La gracia barata “abunda”, aparece muy atrayente: ¡Disfruta de todo y sin límites y no te comprometas con nadie ni a nada!
Jesús habla sobre el Pan de Vida, Él es la Eucaristía, y la gente se decepcionó y escandalizó. ¿Quién está dispuesto a creer en las palabras de Jesús, a afiliarse a Él? ¡El cristiano es una filial de Cristo!
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata
 

¡Ser uno con Cristo!
Santa Teresa de Lisieux dio una descripción hermosa de su primera comunión: “Ese día ya no era una mirada sino una fusión, ya no eran dos, Teresa había desaparecido como la gota de agua se pierde en el océano. Quedaba sólo Jesús. Él era el Dueño, el Rey”.
Los cristianos de gracia barata se han acostumbrado a las palabras de Jesús, pero los que quieran gracia cara deben hacer “un acto de fe” en Cristo, deben hacer un acto de sumisión al Pan de Vida. Así dice Santo Tomás: “Lo que no comprendes y no ves, lo atestigua una fe viva, fuera de todo el orden de la naturaleza. ¡El misterio esconde realidades sublimes!
Perdón Señor por…




-        Mi falta de sensibilidad ante los que sufren

-        Mi indiferencia ante las críticas injustas

-        Mi búsqueda de placer egoísta

-        Mi apatía y antipatía hacia los que no me gustan

-        Mis exigencias sin yo exigirme nada.
 
 
 

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

 
 
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata.
 
 
 

 
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata.
 

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