.21 Diciembre. 4 Adviento. Lc 1, 26-28.
Ustedes saben que la palabra “amén”,
de raíz hebrea, significa “así es”, “así sea”. Saben que
Cristo en el Apocalipsis es denominado “Amén” (Ap 3, 14)
ya que es el testigo de la verdad, es la verdad de Dios. Saben que
“Fiat” significa “hágase”. “En el momento en
que María pronunció la palabra Fiat, sucedió algo más grande que
cuando Dios dijo “fiat luz” = “hágase la luz”, en el momento
de la creación. ¿Por qué? Porque ahora no se trataba de la luz del
sol, sino el Hijo de Dios en carne humana. ¡Fíjense! La Virgen
María, lo femenino de la creación, se convierte en portadora de los
dones que Dios concede a los hombres.
Y la Vida de la Virgen María resume su
vida en cuatro palabras: “Amén” o “Fiat”, y por estas cuatro
palabras, Dios es todo un hombre y un hombre todo Dios. Por el
“amen” que Dios pronunció en la creación, surgieron estrellas y
planetas, montes y mares, plantas y animales y el hombre. Por el
“amén” de la Virgen María surge una nueva creación para que
“donde abundó el pecado sobreabundó la gracia”.
Durante la Misa, los cristianos que
participamos en ella, decimos varias veces “amén”. ¿Somos
conscientes de lo que decimos? Una cosa es decir “amén” y
otra es “vivir el amén”. La Virgen María vivió el “Amén”
durante su vida.
El “amén” hay que pronunciarlo más
con el corazón que con los labios porque el corazón tiene más
fuerza que los labios.
La Virgen María siempre actúa con el
corazón y muy pocas veces con palabras. ¡Pocas palabras y muchas
obras!
Recuerden esa hermosa historia en la
que se dice que un día Jesús le dijo a san Pedro: “Oye, Pedro,
creo que dejas entrar en el cielo a personas que son algo
sospechosas”. San Pedro le respondió: “Lo sé, lo sé, Señor.
¡Yo no soy el culpable! Yo no les dejo entrar, pero cuando menos lo
espero alguien abre la puerta de servicio y…”. “¿Y quién hace
eso?” – le preguntó el Señor. San pedro le respondió: “¡Tu
Madre, María!”. Jesús comenzó a reír con grandes carcajadas, y
dándole unas palmaditas en los hombros de san Pedro, le dijo: “¡No
podía ser nadie más que Ella! El corazón de mi Madre siempre
estuvo abierto a la voluntad de Dios, abierto a los necesitados,
abierto a los indefensos… y para ellos sigue abierto aquí en el
Cielo.
Hay una canción que dice:
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor;
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el Cielo
al mundo le faltas Tú.
Ven, ven Señor no tardes
Ven, ven que te esperamos
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