Señor, acompáñanos siempre en
nuestros caminos, aligéranos de pesimismos, de tristezas y
decepciones. Ayúdanos a tener conciencia de que tú siempre vas con
nosotros. Abre nuestros oídos y ojos para escucharte y verte en la
Eucaristía yIII Pascua. 4 Mayo 2014.
Lc 24, 13-35
Discípulos de Emaús.
“Lo reconocieron en la fracción
del pan”. Es el primer milagro eucarístico. Los discípulos de
Emaús lo reconocen en la “eucaristía”. ¿Reconocemos nosotros a
Jesucristo en la Eucaristía?
Lanciano es un lugar de Italia,
cerca del Mar Adriático. Sucedió hace muchísimo tiempo. La hostia,
durante la Misa, se transformó en carne y sangre humana. No hace
mucho una comisión médica ha vuelto a confirmar este hecho. Como
este milagro no es dogma de fe, se puede creer o negar.
Lo que todos debemos proclamar es que
Jesús Resucitado CAMINA con nosotros. Está en la Eucaristía y
también camino al lado de cada persona.
¿Qué diferencia hay entre los
discípulos de Emaús y nosotros? Que ellos le pidieron a Jesús que
se quedara con ellos: “Quédate con nosotros…” comparte nuestra
casa y nuestra comida, y también nuestra tristeza. ¿Lo hemos
invitado nosotros alguna vez a que entre en nuestro corazón y
comparta con nosotros nuestros gozos y tristezas?
- Los discípulos de Emaús iban por la vida hundidos. ¿Cuándo vuelven a la alegría? Al escuchar a Jesús y al celebrar la Misa.
Una pregunta maligna:
- ¿Viene usted a Misa con certeza absoluta de que se va a encontrar a Jesucristo en la Eucaristía?
- ¿Encuentra a Jesús en los que le rodean?
Algunos pueden venir a Misa, a una
ceremonia, a algo de todos los domingos, que aguantan mirando el
reloj continuamente. Al no escuchar las lecturas a través de las que
nos habla Jesús, estamos cerrando los ojos del corazón, de la fe y
así es imposible reconocer al Resucitado. “Al escuchar sus
corazones vibraban y al partir el Pan lo reconocieron”. ¡Escucha y
Verás! Quien cierra su corazón a la Palabra de Dios, cierra sus
ojos a la presencia de Jesucristo.
“No nos abandones en la tentación.
No nos abandones en el cansancio de la
vida
No nos abandones en el pesimismo
No nos abandones en el engañar y
engañarnos.
No nos abandones en la ceguera del
egoísmo.” en el prójimo.
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