domingo, 4 de mayo de 2014

La homilía de Don Julián para el domingo 3º de Pascua



Señor, acompáñanos siempre en nuestros caminos, aligéranos de pesimismos, de tristezas y decepciones. Ayúdanos a tener conciencia de que tú siempre vas con nosotros. Abre nuestros oídos y ojos para escucharte y verte en la Eucaristía yIII Pascua. 4 Mayo 2014.
Lc 24, 13-35
Discípulos de Emaús.
Lo reconocieron en la fracción del pan”. Es el primer milagro eucarístico. Los discípulos de Emaús lo reconocen en la “eucaristía”. ¿Reconocemos nosotros a Jesucristo en la Eucaristía?
Lanciano es un lugar de Italia, cerca del Mar Adriático. Sucedió hace muchísimo tiempo. La hostia, durante la Misa, se transformó en carne y sangre humana. No hace mucho una comisión médica ha vuelto a confirmar este hecho. Como este milagro no es dogma de fe, se puede creer o negar.
Lo que todos debemos proclamar es que Jesús Resucitado CAMINA con nosotros. Está en la Eucaristía y también camino al lado de cada persona.
¿Qué diferencia hay entre los discípulos de Emaús y nosotros? Que ellos le pidieron a Jesús que se quedara con ellos: “Quédate con nosotros…” comparte nuestra casa y nuestra comida, y también nuestra tristeza. ¿Lo hemos invitado nosotros alguna vez a que entre en nuestro corazón y comparta con nosotros nuestros gozos y tristezas?
  • Los discípulos de Emaús iban por la vida hundidos. ¿Cuándo vuelven a la alegría? Al escuchar a Jesús y al celebrar la Misa.
Una pregunta maligna:
  • ¿Viene usted a Misa con certeza absoluta de que se va a encontrar a Jesucristo en la Eucaristía?
  • ¿Encuentra a Jesús en los que le rodean?
Algunos pueden venir a Misa, a una ceremonia, a algo de todos los domingos, que aguantan mirando el reloj continuamente. Al no escuchar las lecturas a través de las que nos habla Jesús, estamos cerrando los ojos del corazón, de la fe y así es imposible reconocer al Resucitado. “Al escuchar sus corazones vibraban y al partir el Pan lo reconocieron”. ¡Escucha y Verás! Quien cierra su corazón a la Palabra de Dios, cierra sus ojos a la presencia de Jesucristo.
“No nos abandones en la tentación.
No nos abandones en el cansancio de la vida
No nos abandones en el pesimismo
No nos abandones en el engañar y engañarnos.
No nos abandones en la ceguera del egoísmo.” en el prójimo.


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