Los hijos de las tinieblas son más
astutos que los hijos de la luz.
No son pocos los católicos que ante
los problemas, dificultades y males que ven dentro o fuera de la Iglesia,
adoptan una postura pasiva de inhibición
o de inútil crítica, sin arrimar el hombro para nada en mejorar la
situación. Mientras, las fuerzas contrarias hablan menos y actúan más, en un
empeño común de desprestigiar la institución eclesial, enturbiar la situación
religiosa o atacar los valores cristianos.
Se comprueba lo dicho en el Evangelio:
“Los hijos de la las tinieblas son más
astutos que los hijos de la luz” Si el mal avanza y se consolida en el
mundo, no pequeña parte de responsabilidad la tenemos ante el Señor, los que
nos llamamos cristianos y nos dedicamos a sestear o, quizás, a que el Papa o la
Jerarquía den la cara y nos saquen las castañas del fuego. Como si los laicos
no fuéramos Iglesia y fuera suficiente ser buena persona, cumplir con la
Iglesia y dejar que arreglen otros lo que está mal.
Constato, a titulo de ejemplo, un
hecho corriente y en el que se ven pocos católicos implicados. Ahora en
democracia con la libertad de expresión y las facilidades que se dan en casi
todos los medios para intervenir y opinar sobre miles de temas que aluden al
cristianismo, por pereza, cobardía u otras causas, pocos se deciden a dar la
cara.
Mucho mejor irían las cosas, si los
católicos- sobre todo los bien formados en su fe-en nombre de Jesús, dieran por
escrito o de palabra su valiente testimonio.
Católico,
frente a la oscuridad que te rodea no te limites a maldecir las tinieblas…
ENCIENDE TU CERILLA y habrás colaborado a que todos vean más claras las
cosas. M.Rivilla
San Martín :Pbro.
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