domingo, 10 de julio de 2016

La homilía de Don Julián para el domingo 10 de julio



¿Es usted capaz de hacer un favor a alguien que se ha portado bastante mal con usted? Lo más normal es que le respondiera usted: ¿Cómo tienes tan poca vergüenza de pedirme un favor cuando no haces más que fastidiarme?
Pero Jesús nos manda hacer el bien sin mirar a quien se hace. Fíjate: los samaritanos eran tenidos por malas personas y medio paganos, y los samaritanos también odiaban a los judíos. Pero la parábola de hoy se le llama “el buen samaritano”.
Un maestro de la ley le pregunta a Jesús quién es el prójimo al que, según la ley levítica (19,18) hay que “amar como a uno mismo”. Jesús le responde con esta parábola en la que le pone como ejemplo de buena persona a un samaritano. Así que ¿quién es nuestro prójimo? Toda persona, conocida o desconocida, que está necesitada de algo.
También con esta parábola, Jesús quiere cambiar nuestra mentalidad tan propicia a juzgar y etiquetar a las personas. Dios no juzga ni condena y nos pide que tampoco nosotros juzguemos ni condenemos. El Papa Francisco, al ser preguntado respondió: “¿Quién soy yo para juzgar?”.
-        De quien menos piensas puedes recibir el bien que necesitas.
-        No cierres tu corazón a nadie
-        No consideres a nadie como enemigo
-        Que la mano no te haga olvidar la mano.
Como humanos tendemos a caer en la tentación de ver con malos ojos a quienes no comparten nuestras convicciones. Para mirar a los demás siempre debemos usar cristales incoloros. Recordemos: “Nada es verdad o mentira, todo es según el cristal de las gafas con que se mira”. Y las gafas de los cristianos deben ser las gafas con las que siempre mira Dios: Amor y Misericordia.
Jesucristo es nuestro “Buen Samaritano”. Nos cura, nos cuida, nos salva. Pero también puede ponerse en nuestro camino como pobre apaleado por adversidades. ¿Seremos nosotros buenos samaritanos o nos haremos los despistados, los desentendidos? Ójala jamás Cristo nos tenga que decir:
-        Me viste pobre y apaleado en la cuneta de la vida y no me atendiste
-        Me viste humillado en el trabajo y encima te reíste.
-        Me viste en tu esposa/o falto de compresión, de ternura y no renunciaste a tus egoísmos.
¡No golpeas a nadie y ten compasión de todos!

                                                               oooOOOooo

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