domingo, 19 de julio de 2015

La homilía de Don JUlián para el domingo 19 de julio de 2015

16. T.O. San Francisco Javier, 19 Julio. Mc. 6, 30-34
San Francisco Javier pasó 10 años en la India proclamando el Evangelio. Bautizó a miles, pero su corazón se dolía por falta de sacerdotes que les dieran instrucción y les administraran los sacramentos. En una de sus cartas escribió:

"He pensado en ir a las universidades de Europa y gritar como un loco, llamando la atención de los que tienen más sabiduría que caridad, ¡qué tragedia! ¡cuántas almas están cerradas del cielo y están cayendo al infierno, gracias a vosotros".

La sabiduría atrae, pero los ejemplos arrastran, y las masas necesitan testigos que les indiquen lo bueno, bello y feliz.

Casi todas las personas suelen decir: "¡Qué bien viven los curas!", pero si un cura vive bien, ¿por qué hay tan pocos que quieran serlo?


Jesús sintió lástima porque andaban como ovejas sin pastor. Jesús les dio de comer y les dice a sus apóstoles que les den ellos. ¿Se refería sólo y principalmente al alimento material o sobretodo al alimento de alma y corazón? La Fe, la Esperanza y la Caridad es el alimento imprescindible para que cualquier persona tenga vida verdadera, pues "no sólo de pan vive el hombre".

Jesús hace el milagro de la multiplicación de los panes a partir de la ofrenda de cinco panes que un joven generoso dona. ¿Qué le ofrecemos nosotros al Señor para que llene mentes y corazones vacíos de amor y generosidad?

"El forastero no tuvo que dormir en la calle, porque yo abrí mis puertas al caminante" (Job 31, 32). Oí que alguien gritaba, y también alguien le respondió: "¡Pues las puertas de mi casa son blindadas y no pasa ni Dios!". ¿Usted es de los primeros o de los últimos?

Un amigo le preguntó a Samuel B. Morse, el inventor del telégrafo:
"¿qué hacía usted en los momentos de dificultad?"

El inventor le respondió con toda sencillez:

"Te voy a responder con sinceridad. Cuando no sabía qué camino tomar, me ponía de rodillas y le pedía a Dios luz y conocimiento".
"¿Y le venía la luz y el conocimiento?" Le preguntó el amigo.
"Sí declaró Morse -. Y tengo que decirte que cuando me llegaron honores y alabanzas a cuenta del invento que lleva mi nombre, nunca he creído que me los merecía. Tenía que descubrirlo alguien, y a Dios le pareció bien que lo hiciera yo".




El alimento espiritual y el descanso está en sentarse en la hierba, a los pies del Señor y solicitarle el alimento de la paz y alegría.

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