“Amar a tu prójimo…”. 26 Octubre. XXX T.O. Mt 22, 34-40.
La garantía de la felicidad está en
amar, amar sin cansarse de amar. Erich Fromm: “La completa
satisfacción de todas las necesidades sexuales no es la base de la
felicidad, ni siquiera garantía de salud”. Y E. Fromm no era un
“beato”, más bien todo lo contrario.
En tiempos de Jesús había 613
preceptos (248 positivos y 365 negativos), un precepto negativo por
día, y Jesús toma del Levítico el precepto “amarás al prójimo
como a ti mismo” y dice que este precepto con el de amar a Dios
sobre todas las cosas, es suficiente para ser feliz y agradar a Dios.
La tristeza nace casi siempre
del egoísmo, del afán de poseer, de dominar. Dios nos ha creado
para amar, para la alegría. ¡Quien ama se alegra y alegra! La
persona que ama ha puesto alas a su alma y con ellas se remonta hasta
Dios. Por el contrario, la tristeza convierte el corazón en algo
sombrío.
“Lo que necesitas para conseguir la
felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”,
pues la alegría es el primer efecto del amor, y la tristeza el fruto
estéril del egoísmo, y de la pereza.
- ¿Estás triste? Pues seguro que caes en el enfado y en la ira.
- ¿Estás triste? Pues seguro que eres malicioso y suspicaz.
- ¿Estás triste? Pues seguro que mientes y hasta calumnias.
Dice el libro de los Proverbios
(25,20): “Como la polilla al vestido, y la carcoma a la madera, así
la tristeza daña el corazón del hombre”.
¡Padre y madres preguntaros si en
vuestro hogar hay alegría! Si queréis un hogar sano, si queréis
que vuestros hijos crezcan sanos de sentimientos y de espíritu y de
conciencia, haced que la alegría esté siempre presente entre
vosotros.
Dos amigos hablan sobre sobre una
tercera que va a casarse con un soltero 209 años mayor que ella y
rico.
- ¡No se casan por amor!
- ¡Claro que no! Él se casa por odio a la soledad y ella por odio a la pobreza.
¡No lo olviden! La felicidad no está
en poseer poder o riquezas, sino en amar.
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