domingo, 14 de julio de 2013

La homilía de Don Julián 15 T.O. 14 de julio

15 T.O. (15 Julio)
Lc 10, 25-37
Los fariseos habían envuelto los 10 mandamientos en 613 normas y preceptos. Ahora, Jesús les dice que valen poco, muy poco esas normas y preceptos, que lo importante, lo realmente importante es amar a Dios y al prójimo. ¿Y quién es mi prójimo? Todos son prójimos, pero en especial el necesitado más próximo. ¿Y si no me cae bien el necesitado más próximo? Pues con más esmero debes tratarlo si te quieres parecer a
Cristo. El samaritano atendió a un Judío y eso que los judíos despreciaban a los samaritanos, y antes que el samaritano habían pasado por allí dos judíos, que despreciaron al judío apaleado.
Pon amor en todo lo que hagas y haz todo con amor. Y “haz el bien sin mirar a quién”, pues toda persona ha sido creada a “imagen y semejanza de Dios”, así que todos son prójimos porque todos somos hijos de Dios.
San Juan de Kenti, profesor de la Universidad de Cracovia (1473), una vez reunidos sus alumnos en el comedor, les dijo: “si en alguna ocasión mientras estamos comiendo llama un pobre a la puerta, el que abra la puerta al ver al pobre diga en voz alta: “¡Es un pobre!”, y todos nos pongamos de pie y digamos: “¡Cristo ha llegado!” y nuestra mejor comida le sea ofrecida”.
Tengan cuidado de no caer en la soberbia, pues soberbio es aquel que se cree que es más que quien lo necesita. ¡Todos necesitamos de Dios y Él jamás cae en la soberbia! Dice Boecio que “mientras todos los vicios huyen de Dios, la soberbia le hace cara”.
La persona humilde no se considera superior a nadie, ni deja de prestar ayuda al más humilde por considerarlo “poca cosa”.
¿Sabes lo que significa Samaritano? Significa “Guardian”. Los samaritanos eran los habitantes de la región montañosa de Samaría, población pagana y judía, producto de la deportación de los asirios, que después de la destrucción del reino del Norte, en el año 722 aC asentaron en ésta región grupos de colonos extranjeros, por esto los judíos los tenían como enemigos paganos. Los samaritanos se consideraban los “guardianes” de la única religión verdadera, pero fueron excluidos por Nehemías, así que construyeron un santuario en el monte Garizim. En tiempos de Cristo era muy profunda la rivalidad de los judíos con los samaritanos. En la parábola de hoy, Jesús los pone como modelo.
Los cristianos tenemos que ser los “guardianes” del bien, del amor al prójimo.

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna. (San Francisco de Asís)




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