martes, 19 de abril de 2011

JUAN PABLO II EL GRANDE

Dentro de unos días la Iglesia va a reconocer oficialmente la santidad de Juan Pablo II, al beatificarle, sancionando de esa manera lo que el pueblo ya manifestó aclamando su santidad el mismo día de su muerte. Juan Pablo II, vino desde la obscuridad, surgió en un país dominado por el comunismo. Estudió en un seminario clandestino y llevaba consigo haber vivido bajo el horror de dos dictaduras totalitarias: el nazismo y el comunismo. Con razón dijo en su primer saludo “urbi et orbi”, “No tengáis miedo”, quien había vivido su juventud y su formación bajo aquellos regimenes y venía curado de espanto, aun cuando en aquella frase se refería a otro tipo de “miedo”. Su figura, fuerte, saludable, deportista, con aire juvenil, manifestaba siempre y en cualquier lugar su buen humor, su optimismo y su espíritu joven. Trasmitía alegría y por eso sintonizó en toda ocasión con los jóvenes que a su vez sentían por él una atracción especial. Y todas esas sensaciones las transmitió incluso en los durísimos años de su decadencia física, cuando simplemente mantenerse en pie era para él un ejercicio durísimo. Pero aun así trasmitía serenidad. Sufrió un terrible atentado que le llevó a una situación física que sobrellevó con una dignidad ejemplar. Se le recordará siempre en sus visitas pastorales, bajando del avión y besando la tierra, símbolo del abrazo con que quería acoger a todo el pueblo que visitaba. Y acompañando a todo ello, su ingente labor apostólica, encíclicas, homilías en la Sala de Audiencias, sus innumerables discursos abiertos a todas las culturas, las celebraciones litúrgicas,… todo ello nos va a venir a la memoria cuando el 1 de Mayo próximo sea glorificado….y le pidamos BEATO JUAN PABLO II ROGAD POR NOSOTROS

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