domingo, 21 de febrero de 2016

La homilía de Don Julián para el domingo 21 de febrero


Cada día cambiamos un poco, pero, ¿cambiamos para mejor o para peor? ¿Nos vamos acercando a Dios o nos vamos alejando de Él?

Leonardo da Vinci, buscó para su cuadro de “la última cena”, a un joven que le hiciera de modelo para pintar al Señor. Este joven cantaba en el coro de la catedral de Milán y se llamaba Pietro Bandinelli. Lo escogió porque su rostro era bello, era inocente y amable, y profundamente religioso.

Pasaron algunos años, y Miguel Ángel, salió a buscar un rostro que le sirviera de modelo para pintar a Judas Iscariote. En una calle de Roma encontró a un hombre repulsivo. La maldad y la avaricia las llevaba escritas en el rostro. Lo llevó a su estudio. Al comenzar a pintarlo y fijarse en aquel rostro comenzó a temblar. El modelo de Judas le dijo: “No se asuste. Sí, soy yo, el que hace años le hizo de modelo para pintar a Cristo”.

¿Qué había ocurrido? Pietro Bandinilli le había dado la espalda a Dios. Había abandonado las prácticas religiosas y se había metido en el mundo de la inmoralidad. Ahora su rostro reflejaba lo que era, lo que llevaba en su corazón.

Todos cambiamos, pero ¿para mejor o para peor? Si nos acercamos a Cristo seremos reflejos de Él, si nos vamos alejando de Él, nos iremos pareciendo a Judas el traidor.

Dice el refrán: “Dime con quién andas y te diré cómo eres”.

Otro ejemplo de nuestros cambios lo tenemos en la obra de Oscar Wilde “El retrato de Dorian Gray”. El retrato es precioso. Un bellísimo joven, un Narciso, pero conforme va perdiendo la moralidad, conforme va hundiéndose en el pecado y no hace nada por salir de él, el retrato se va haciendo horrible hasta aparentar ser la figura de un leproso.

¿Qué ocurriría si las personas nos vieran tal como somos realmente? La cara la podemos maquillar, pero las obras que salen del corazón, no.

Dios nos pide escuchar a su Hijo Jesús:

- ¿Leo y medito el Evangelio?

- ¿Escucho con el corazón lo que Cristo me dice?

- ¿Qué clase de hijo de Dios soy?

- ¿Mis palabras son eco de lo que dice el Evangelio?

- ¿Soy gotas del Amor de Dios para los corazones desérticos?

 

¡Escucha a Dios!

¡Escucha a Cristo!

¡Escucha a la Iglesia!

¡Escucha a los que nadie escucha!

                                                                  oooOOOooo

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