domingo, 6 de diciembre de 2015

La Homilía de Don Julián para el Domingo 2º de Adviento




RRRR CATACA POM POM POM RR

-¡¿Qué fue eso?!

-El ruido que hace la maquinaria pesada que se usa para nivelaciones y moliciones.

Están trabajando tractores, excavadoras, taladros rompiendo el suelo...

-¿En domingo?

-Sí, precisamente empezaron a trabajar este domingo.

-Y ¿dónde están que sólo los oigo pero no los veo?

-En la iglesia.

-Pero, ¿no estamos a dos semanas de Navidad? ¿No deberían escucharse ahí

angelicales villancicos en lugar de ese estruendo?

-La culpa la tiene Juan.

-¿Qué Juan?

-Juan el Bautista. Sí, porque en el Evangelio que se proclama este domingo en

Misa (Lc 3, 1-6) cita un texto del profeta Isaías en el que pide: "Preparad el camino

del Señor; haced rectos sus senderos.Todo valle sea rellenado, toda montaña

y colina, rebajada, lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán

allanados" (Is 40,3-4).

 Eso significa que no nos queda más remedio que ponernos a trabajar en serio en arreglar todos los baches y quitar todos los obstáculos que puedan impedir que el Señor venga fácilmente a nuestro encuentro.

¿Cómo? Siguiendo las instrucciones que nos da el propio profeta: Haced rectos

sus senderos

Se nos invita a rectificar toda situación de pecado para que nada dificulte, demore

o impida la venida del Señor a nuestro corazón.

Todo valle sea rellenado

¿Con qué se suele rellenar un terreno? Con material de construcción triturado,

revuelto con piedras y tierra. Si tenemos hondonadas vacías de virtudes y de buenas obras, rellenémoslos con lo que resulte de triturar nuestro egoísmo, nuestra

indiferencia, nuestra falta de amor, comenzando a realizar diariamente

cuando menos dos obras de misericordia: una espiritual y otra corporal.

Toda montaña y colina, rebajada

Hay que dinamitar las moles elevadas de ego, amor propio, vanidad, orgullo,

afán de poder y de dinero. Y con el auxilio del Señor, comenzar la demolición.

Los caminos ásperos serán allanados

Lo empedrado no es fácil de recorrer. Tenemos que quitar las asperezas: esas

respuestas cortantes, el tono de mal disimulada impaciencia, la ironía, el sarcasmo,

la descortesía. Tratar a todos con delicadeza y caridad...
 
                                                            oooOOOooo

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