5 Pascua. 3 de Mayo. Jn
15, 1-8
“Yo soy la vid, tu eres el Sarmiento”.
Un bebé después de su nacimiento depende de su mamá para ser alimento,
cuidarlo y educarlo. Jesús nos viene a decir algo semejante a nuestra relación
con Él: “Yo soy la vida, vosotros sois sarmientos. Mientras permanezcáis unidos
a mí tenéis vida, si os separáis de mí no valdréis para nada”. ¿Y mi libertad,
pregunta usted? La libertad no es hacer lo que a uno se le antoje. Tu libertad
termina cuando fastidias a otros o vas contra ti mismo. ¿Por qué te obligan a
llevar cinturón en el coche?
Para los cristianos, libertad significa llegar a ser la persona a que
fuimos destinadas a ser por Dios.
Un hombre puede decir, “He ganado mi dinero y lo voy a gastar en la
forma que deseo. Si quiero ir a los casinos, estoy libre para hacerlo. Si
quisiera tomar drogas o mirar pornografía, lo haré”. Ese hombre no está libre;
es un esclavo.
C.S. Lewis dijo: “No estamos hechos por igualdad. Estamos hechos para la
obediencia y la adoración”. Un sarmiento no es igual a la vida a pesar de ser
parte del mismo organismo. Un niño antes – y después- del nacimiento, no es
igual a su madre, a pesar de compartir la misma naturaleza humana. Es verdad
que mientras maduremos, logramos un cierto grado de independencia. No obstante,
jamás estamos totalmente independientes. La ilusión de independencia desaparece
rápido si sufrimos una enfermedad o desgracia. La verdad es que mientas nos
realizamos nuestro ser verdadero, reconocemos una dependencia más profunda – de
otros seres humanos y de Cristo.
Él es la vid; nosotros los sarmientos. Si nos quedamos unidos a él,
produciremos fruto abundante.
¿Creemos que Jesús es…?
·
Dios vivo y
verdadero
·
Que abre su
corazón a tu corazón…
·
Que quiere tu
felicidad aquí y en el cielo…
·
Que quiere ser tu
amigo y salvador
·
Que no se
avergüenza de ti aunque tú te avergüences de Él cuando ocultas que eres
cristiano y practicante.
oooOOOooo
No hay comentarios:
Publicar un comentario