San Isidro. 15 de Mayo
El pozo de San
Isidro
Posiblemente el
milagro más famoso de todos es el que salvó a su hijo Illán de una muerte
segura. Al parecer, mientras San Isidro se encontraba trabajando en el campo su
hijo cayó en el interior de un profundo pozo. Cuando llegó se encontró a su
mujer, Santa María de la Cabeza desesperada y lamentándose por lo que había
ocurrido. Ambos se pusieron a rezar junto al pozo y pronto el nivel del agua
comenzó a subir hasta que el niño salió a la superficie. Este pozo es el que se
puede ver si se visita el Museo de los Orígenes o Museo de San Isidro en la
Plaza de San Andrés.
El saco de grano
misterioso
San Isidro tuvo
un gran amor por los animales y su relación con éstos también desembocó en otro
capítulo milagroso. Un día que había nevado nuestro protagonista se dirigía al
molino cargando sobre sus espaldas un pesado saco de grano. De camino sintió
pena por un grupo de pájaros que, por culpa de la nieve, no eran capaces de
encontrar su alimento en el suelo así que decidió compartir con ellos parte del
cereal que cargaba. Cuando llegó a su destino descubrió con asombro que el saco
estaba otra vez lleno.
Comida infinita
para los pobres
Otro episodio
milagroso es el de la llamada “olla de San Isidro”. El Santo organizaba de
forma periódica (en algunos sitios he leído que todas las semanas, y en otros
que de manera anual) comidas para los más necesitados. El caso es que en cierta
ocasión, el santo no contaba con alimento suficiente para tantos asistentes.
Para tratar de remediarlo, a la vez que rezaba comenzó a introducir el cazo en
la olla y ésta parecía no tener fin. Siguió sirviendo más y más comida hasta
que todos quedaron saciados.
El cuerpo
incorrupto
Seguimos con los
milagros atribuidos al patrón de Madrid, éstos ya acaecidos una vez muerto. El
primero de ellos es que murió en 1172 y fue enterrado junto a la Iglesia de San
Andrés. Sus restos fueron exhumados décadas más tarde y descubrieron con
asombro que el cuerpo estaba incorrupto. Este milagro va estrechamente ligado
al siguiente…
Sanación de
Felipe III
Para finalizar,
quería hablaros del milagro que le valió la beatificación al Santo. Estando
Felipe III gravemente enfermo, éste pidió que le llevaran el cuerpo de San
Isidro para ver si de esta forma su salud mejoraba. Como os podéis imaginar,
esta “visita” al monarca tuvo un inmediato efecto sanador y en agradecimiento,
el Rey inició los trámites de una beatificación que tuvo lugar el 14 de abril
de 1619.
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