jueves, 2 de abril de 2015

La Homilóia de Don Jlián para el Jueves Santo 2 de abril de 20115

Jueves Santo 2 de abril, Jn 13, 1-15
Os he dado ejemplo.

Esta es la Cena donde la Iglesia nació y donde se perpetúa hasta la vuelta del Señor. Dicen que sus corazones se asombran, pero no intenten comprenderlo. Porque Él nos amó, nos ama "hasta el extremo". Él nos sólo nos dice "te quiero", eso es fácil decir, nosotros lo decimos con demasiada frecuencia, lo importante es demostrarlo.



El amor de Cristo es eterno, por eso, Cristo muere cada día, cada hora, en cada Eucaristía. El amor de Cristo se hace Eucaristía. Pero el amor llama al amor, la Eucaristía es un intercambio de dos amores, el de Cristo y el de cada uno de nosotros.
¿En cada Eucaristía le da usted su amor al Amor de Cristo?
¿En cada Eucaristía abraza usted el sacrificio de Cristo?

Decimos que amamos, pero no es amor verdadero. El amor verdadero es como el de Cristo, un amor que se pone el delantal y lava los pies sin miramientos de méritos. Por eso Jesús, el Señor, nos sigue preguntando: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?". Pues como yo hacedlo vosotros.

Jesucristo no quiere sólo que le sigamos por sus palabras, sino por sus obras, por sus gestos. Por eso el lavatorio de los pies significa:

Humildad: Jesús nos trata como hijos de Dios. Ante Dios se dobla la rodilla, ante sus hijos, también. Idolatría es no amar a Dios o a sus hijos.

Obediencia: Dios quiere que su Hijo Jesús fuese para los demás, muriese por los demás y se repartiese en los demás.

Servicio: Vino a servir, no a ser servido. ¿Quién puede ser al Amor de los Amores? Jesús nos "sirve" para llegar al Padre Dios si seguimos sus huellas.


Pero, ¿quién mira y sigue hoy a Jesús?

Los jóvenes cantan canciones, que a veces no comprenden, en vez de rezar. Rezan a sus cantantes favoritos cantando sus canciones.
Jóvenes y niños, idolatran a los astros del deporte, sueñan con ellos.
Los mayores se ahogan en el estrés por hacer méritos para ascender en la empresa o no perder su puesto de trabajo.

¿No es ya el momento en el que, por nuestro ejemplo, hagamos que vuelvan las miradas hacia Cristo?

Jueves Santo, día del amor fraterno. Día de poner en nuestro corazón al que nos ama hasta el extremo, y de que miremos a todas las personas, sin excepción, como si fueran el mismo Dios pidiéndonos un poco de atención y algo de ternura.
 
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