domingo, 1 de marzo de 2015

La homilía d Don Julián para el domingo 1 de marzo, 2º de Cuaresma

2Cuaresma. 1 marzo 2015. Mc 9, 1-9.
Jesús conversando con Moisés y Elías, dos personajes que habían pasado por la experiencia del ayuno de 40 días, Moisés en el monte Sinaí y Elías huyendo porque querían asesinarle, principalmente la princesa Tiria Jezabel, casada con el rey Ajab. Los tres discípulos que serán testigos más directos de su agonía en el huerto de Getsemaní: Pedro, Santiago y Juan.

El cristiano, casi siempre, tiene que ir contracorriente. Se le hace la vida cristiana áspera y dificultosa por cuanto siempre ha de ofrecer el bien aun cuando se le abofetee con el mal. Así, Jesús, en estados de decaída de ánimos, ofrece consuelos. Él sufrirá, lo verán morir, ser sepultado, pero para que no caigan en el desánimo total, les ofrece una imagen de su gloria.

¿Está usted ahogándose en el desánimo? Mire al cielo, mire la Cruz… ¡no hay nadie en la Cruz, pero el Cielo habla! Recuerda que tu cruz o pequeñas cruces que ahora te tienen clavado, un día se rendirán y tú te encontrarás en el Tabor donde oirás la voz de Dios que te dice: "Tú eres hijo mío. Pasa a gozar de mi eternidad".

No nos gusta el dolor, pero… ¿y si fuera el test del amor? El amor es la gloria, también humana, la que podemos disfrutar cada día.

Imagínese que su esposa/o le preguntara:
¿Me amas?
¡Sí, claro!
Entonces, ¿te sacrificarás por mí? ¿Renunciarás a tus caprichos para darme gusto? ¿…?

El test del amor nos pregunta ¿qué estamos dispuestos a sacrificarnos nosotros por los que decimos que amamos? ¿Nos miramos a nosotros o miramos al Amor?

Se está juzgando a un asesino. EL abogado defensor se dirige al jurado: "Tienen que declarar a mi cliente inocente. El verdadero criminal va a entrar ahora mismo por la puerta de atrás".

Todos los ojos se dirigieron a la puerta. No entró nadie. EL abogado dijo: "Todos han mirado a la puerta. Si hubiesen estado convencidos de que el acusado es el culpable no lo hubieran hecho".



Pero el jurado lo declaró culpable. El abogado increpó al jurado: "¡Yo he demostrado que ustedes tenían dudas! ¿Por qué lo han condenado?".

Un miembro del jurado le contestó: "Yo observé a su cliente. Es el único que no miró a la puerta porque sabía que nadie iba a entrar. Sabía que él era el único culpable".

Así que el Evangelio de este domingo nos dice que hay que "mirar bien", con ojos limpios para ver de verdad que Jesús es el Mesías. Nos dice que los oídos los debemos tener abiertos para escuchar las Palabras que Dios nos dirige con más frecuencia de lo que creemos.
¿Sabe escuchar a Dios?
¿Sabe escuchar a las personas?
¿Ve con ojos limpios de prejuicios las "revelaciones" de Dios?
¿Ve con ojos limpios de prejuicios a las personas?

¡No olvide que es importantísimo escuchar y ver sin juicios ni prejuicios a Dios y a las personas! ¿Lo hace usted?


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