domingo, 8 de febrero de 2015

La homilía de Don Julián para el domingo 8 de febrero de 2015

5 T.O. 8 Febrero 2015. Mc 1, 29-39.
Por lo menos darle la mano.

¡Jesús es un atrevido! Un rabino jamás se habría acercarlo a una mujer y cogerla de la mano, aunque hubiese sido para devolverle la salud, ni se habría dejado nunca servir por una mujer. Pero la suegra de san Pedro se puso a servirles.


El "servicio", la "diakonía", era a los ojos de los griegos una cosa indigna para quien se consideraba importante. Dominar, no servir. Ahora, Jesús, dice que el importante es quien sirve. Cuántas veces decimos u oímos decir: "¡Ese no sirve para nada! ¡Es un insensible!". Con el actuar de Jesús, la suegra de san Pedro es digna por ser mujer, la cogió de la mano y es servidora, coopera al bienestar de las personas. ¿Quién tiene tiempo para dar la mano al caído? ¿Quién tiene tiempo para mirar lo que ocurre fuera de su egoísmo?

Un alto ejecutivo circula con su Mercedes recién estrenado. Ve a un niño entre dos coches. Cuando se acerca él, el niño le tira un ladrillo al coche. Para el coche, sale de él con furia y le grita y zarandea al niño. El niño llora y le señala el suelo. "Mi hermano se ha caído de su silla de ruedas, no lo puedo levantar y nadie me ayuda. ¿Me podría ayudar usted? El dueño del Mercedes levantó y sentó al niño en su silla de ruedas. Y dice la historia que el dueño del Mercedes nunca arregló el impacto del ladrillo. "¿Por qué no lo arreglas, le decían sus amigos?". Y él respondía: "El ladrillo me dio más en el corazón que en el coche. Vamos a toda velocidad sin ver o ayudar a los tullidos que están en nuestro camino. Ahora voy más despacio con el coche, y miro más a los demás, y menos a mí egoísmo. Esos niños me salvaron la vida".

El psicólogo vienés V. Frankl dijo: "Durante demasiado tiempo hemos estado soñando… ahora nos estamos despertando… si mejoramos la situación económica de la gente, todo irá bien, la gente será feliz… cada vez más gente tiene medios para vivir, pero no tienen ningún sentido por el que vivir".
¿Cómo seremos felices?
¿Cuándo tendremos un sentido por el que vivir?
Cuando imitemos a Jesús dando la mano a los caídos, a los que reclaman nuestra ayuda.

La Madre Teresa de Calcuta decía: "… La peor enfermedad que una persona puede sufrir es la de saberse no aceptado, no deseado. Tenemos remedios para la lepra… pero no para la espantosa enfermedad de sentirse no deseado… puede ser curada ésta enfermedad, con manos que le sirvan y un corazón que le ame".
¿Tratas a tu esposa con dignidad?
¿Disfrutas haciendo chistes machistas?
¿Ayudas en todo lo que puedes a los necesitados?
¿Visitas a tus familiares y amigos enfermos?
¿Necesitas que te den una pedrada en tu corazón?

Dios no tiene servidores, sino hijos.

Jesucristo vino a servir, no a ser servido.

El Espíritu Santo te sirve aunque no lo notes.


¿Y tú quieres que todos te sirvan?


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