domingo, 13 de septiembre de 2015

La homilía de Don Julián para el domingo 13 de septiembre de 2015


24TO. El Hijo del Hombre tiene que padecer, 13 Sep. Mc 8, 27-35
 


¿Por qué la Cruz no es horrenda ni despreciable para los cristianos? Porque es la expresión de amor “hasta el extremo” de Cristo por todos los hombres.
El Papa Juan Pablo I preguntó a unos niños cual era la primera letra del alfabeto de Dios. Uno de los niños dijo: “A”, la A. El Papa le dijo que no. La primera letra del alfabeto de Dios es la Cruz, le dijo. Desde Adán y Eva, toda la creación, la historia humana miraba a la Cruz.
En el Evangelio de hoy, Jesús pregunta a sus discípulos “quién es Él”. Los apóstoles le podrían haber respondido: Tú eres la savia de vida eterna que brotará y salvará desde la Cruz.
La Cruz como manantial de Salvación es la señal del cristiano. No porque en ella muriese Cristo, sino porque desde ella Cristo venció a la muerte, venció a Satanás.
¿A qué les suena mal la palabra “Satanás”? Pero Satanás es el mejor enemigo del hombre. Siempre está presente para ofrecer un poco de escape: un poco de alcohol, unos minutos de pornografía, unos chutes de droga… así pone en el corazón de las personas intranquilidad, insatisfacción, ansias de poder, furia incontrolada… hasta que consigue convertir al hombre en un estercolero, en una ruina.
Pero Cristo nos dice que el camino de la felicidad está en seguirle a Él: “Toma tu cruz y sígueme”.
Un científico creyente, mediante un test quiso hacer ver a sus colegas que Dios había creado el corazón de los hombres para cosas grandes y llenas de amor y ternura. Así que en el test le preguntaba:
Intenta nombrar a:
1.      Las cinco personas más ricas del mundo.
2.      Las cinco últimas Miss Universo.
3.      Los cinco últimos cinco directores premiados con los Oscar.
4.      Los cinco últimos equipos ganadores de la Liga de Campeones.
Pocos recordarán esos nombres. La consecuencia es clara: los aplausos se apagan. Los premios se olvidan. Y ahora, otra prueba: Intenta recordar los nombres de:
1.      Profesores que han dejado huella en tu vida.
2.      Tres amigos que han estado a tu lado en momentos difíciles.
3.      Cinco personas que te han transmitido enseñanzas valiosas.
4.      Cinco personas con quienes pasarías a gusto una jornada.
La consecuencia es clara: Las personas que dejan huella en tu vida no son los que “se comen el mundo” con sus records o sus dineros, sino las personas que orientan su vida hacia los demás.

Y un consejo: “No te angustie la idea de que hoy pueda llegar el fin del mundo. Ahora mismo está comenzando ya el día de mañana, en otro continente”.

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