martes, 17 de abril de 2012

A vueltas con los impuestos...

Una opinión unánime de los ciudadanos sobre los impuestos es que nos gustan ni un pelo. Como su nombre indica nos son impuestos por la fuerza y si nos resistimos a ellos y nos pescan nos perseguirán hasta que entremos en vereda.Prácticamente no sabemos nada de su destino final. Los administradores de los impuestos-los gobiernos- los recaudan y los aplican a los destinos que ellos creen que son socialmente más justos y que mejor se ajustan a las necesidades de la ciudadanía. Es cierto que previamente se redacta un presupuesto donde teóricamente están todas las partidas de gasto, pero tan solo teóricamente, porque si un ciudadano medio ilustrado quiere investigar el significado y la aplicación presupuestaria de alguna partida se dará enseguida de bruces como contra un muro y abandonará. Además la Administración ha salpicado el presupuesto de partidas con denominación confusa,y además de agencias, fundaciones, asociaciones, organizaciones no gubernamentales, ayudas, subvenciones..etc.etc.  por lo que cualquier intento de llegar a laguna partida finalista es baldío.
Sin embargo es cierto que hay una aplicación que el contribuyente voluntariamente asigna y sabe que el porcentaje determinado para esa partida va finalmente a ese destino. Me refiero a la casilla que destina un determinado porcentaje del impuesto de la Renta a la Iglesia Católica. ¡Qué más quisiéramos que al igual que con esa partida se hiciera con otras y no solo con el impuesto de la Renta sino con todos los tributos! Yo aunque solo sea por la claridad y la filosofía que encierra me complazco en señalar cada año esa casilla. Me complace además su destino y lo que ello significa.
Al final los administradores admirados por su propia audacia, se dijeron: pongamos otra casilla, que no excluya a la primera y donde voluntariamente como en aquella, los contribuyentes asignen una cantidad similar para que nosotros los administradores la apliquemos donde nos parezca....y no...esta no la marco, porque es pedirme para ese pequeño importe del impuesto el mismo voto de confianza que para el resto de los gastos el presupuesto. ¡Si ya lo tienen para qué lo necesitan ahora!
Así que yo, marco la casilla para la Iglesia Católica....En primer lugar porque soy católico y además porque es la única partida de la me siento dueño y soberano. Imagínense lo que sería que se extendiera el sistema a otros conceptos....

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