domingo, 30 de agosto de 2015

La Homilía de Don Julián para el domingo 30 de agosto

Moisés les dice a los israelitas que sí observan y viven los Mandamientos de Dios, el Señor los hará una gran nación. Donde hay virtud hay progreso.
Una dictadura busca infundir miedo, una democracia pide virtud a todos, a los dirigentes y a los ciudadanos. Dios nos pide virtud como fuente de convivencia y progreso. Pero ¿Qué es virtud? Disposición a hacer la cosa correcta. Y la virtud se afianza en la mente y en el corazón a base de practicar lo correcto, lo bueno.
¿Qué mancha a las personas? Jesús nos lo dice en el Evangelio de hoy: “¡Lo que sale de un corazón sin virtud!”.

-En vez de actos sucios , pureza de corazón
- En vez de avaricia , generosidad
- En vez de orgullo , sencillez
- En vez de inquietud , tranquilidad
- En vez de …
 …

No hay progreso verdadero donde se roba, donde se quita la vida al inocente, donde se deshonran a propios y extraños, donde se desprecia el esfuerzo.
La virtud no es sólo para alcanzar la vida eterna, es una fuerza para alcanzar en la vida paz y prosperidad. Así un gran político, Jorge Washington dijo: “De todas
las disposiciones y hábitos que llegan a la prosperidad política, religión y moralidad son los soportes indispensables”.
Se refería a practicar la virtud y seguir la ley moral. Jesús se enfrenta, en el Evangelio, a unas personas que niegan el pecado. Criticaban a los demás por no lavarse las manos, pero nunca se fijaban en que ellos estaban sucios por dentro. Jesús NO CONDENA a los pecadores, pero sí a los que siéndolo condenan a otros. 
¿Te sabes los 10 mandamientos?
¿Los vives?

domingo, 23 de agosto de 2015

La Homilía de Don Julián para el domingo 23 de agosto


Pocos días antes de ser ejecutado el pastor protestante pro los nazis, Dietrich Bonhoeffer, escribió: “La gracia barata es el enemigo mortal de la Iglesia. Estamos luchando hoy por la gracia cara”. ¿Qué es la gracia cara? La sumisión de la mente y el corazón a la voluntad de Dios. Sumisión del marido a su esposa y de la esposa a su marido hasta llegar a ser uno solo. Y el cristiano uno sólo con Cristo y con la Iglesia.
La gracia barata “abunda”, aparece muy atrayente: ¡Disfruta de todo y sin límites y no te comprometas con nadie ni a nada!
Jesús habla sobre el Pan de Vida, Él es la Eucaristía, y la gente se decepcionó y escandalizó. ¿Quién está dispuesto a creer en las palabras de Jesús, a afiliarse a Él? ¡El cristiano es una filial de Cristo!
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata
 

¡Ser uno con Cristo!
Santa Teresa de Lisieux dio una descripción hermosa de su primera comunión: “Ese día ya no era una mirada sino una fusión, ya no eran dos, Teresa había desaparecido como la gota de agua se pierde en el océano. Quedaba sólo Jesús. Él era el Dueño, el Rey”.
Los cristianos de gracia barata se han acostumbrado a las palabras de Jesús, pero los que quieran gracia cara deben hacer “un acto de fe” en Cristo, deben hacer un acto de sumisión al Pan de Vida. Así dice Santo Tomás: “Lo que no comprendes y no ves, lo atestigua una fe viva, fuera de todo el orden de la naturaleza. ¡El misterio esconde realidades sublimes!
Perdón Señor por…




-        Mi falta de sensibilidad ante los que sufren

-        Mi indiferencia ante las críticas injustas

-        Mi búsqueda de placer egoísta

-        Mi apatía y antipatía hacia los que no me gustan

-        Mis exigencias sin yo exigirme nada.
 
 
 

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

 
 
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata.
 
 
 

 
Pero Jesús no anda con ambigüedades, no teme quedarse sólo y pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos?” Jesús quiere católicos de gracia cara, de gracia con denominación de origen, no de gracia barata.
 

domingo, 16 de agosto de 2015

La Homilía de Don Julián para el domingo 16 de agosto


20 T.O. Verdadera comida y bebida, 16 Ago. Jn 6, 51-58.

¿Qué es un Cuerpo?

Hoy Jesús hace unas declaraciones atrevidas y dramáticas:

- Yo soy el pan vivo bajado del cielo.

- El pan que les voy a dar es mi carne.

- Si no comen la carne del Hijo del hombre...no podrán tener vida en ustedes.

- El que me come vivirá por mí.

Esas declaraciones tienen un contenido dramático. El problema que tenemos hoy es que estamos tan acostumbrados a estas palabras que vuelan sobre nuestras cabezas. No tienen ningún impacto. Pero, supone que alguien nos dirige seriamente y nos invita masticar su brazo. No obstante, Jesús nos dice que él es pan. Tenemos que comer de su carne si queremos tener su vida dentro de nosotros.

Pues, tú y yo sabemos que Jesús está hablando de la necesidad de participar en la Eucaristía si vamos a tener la vida eterna. Dos mil años de tradición cristiana han aclarado aquel punto. Este domingo me gustaría que entremos más profundamente en la enseñanza de Jesús con esta pregunta: ¿Que señaló el por la palabra carne? Jesús nos dice que tenemos que comer su carne. ¿Qué significa aquella palabra?

Según el Diccionario de la Biblia, la palabra carne en este contexto es una forma de hablar que se llama metonimia. Metonimia es cuando usamos una palabra para algo con que está asociada. Por ejemplo, porque el presidente del gobierno vive en Moncloa, a veces se oye cosas como, "Hoy Moncloa ha enviado un mensaje fuerte a la oposición..." El edificio no envía un mensaje, significa la presidencia. Otro ejemplo es el uso de la palabra plato para referir a comida porque comida está asociada con los platos en que se sirve. En modo semejante, la palabra carne que refiere a músculos y órganos representa el cuerpo entero. Así cuando Jesús habla de su carne, está indicando su cuerpo físico.

A pesar de ser una maravilla, el cuerpo humano está sujeto a debilidades y limitaciones. Nuestros cuerpos nos restringen. El hecho de estar presente en este tiempo quiere decir que no podemos en el mismo momento estar caminando en una playa. Puedo pensarlo, pero pensando no lo hace una realidad. Puedo pensar en miles de lugares y tiempos, pero siempre estoy limitado a momento y lugar específicos. Mi cuerpo también me limita en otros sentidos: mi voz, la cantidad de energía que tengo, la capacidad de las células de mi cerebro de hacer conexiones, todas estas cosas influyen mi capacidad de comunicarles algo.

Jesús, a pesar de tener una naturaleza sin límites, tomó la decisión de aceptar las limitaciones de un cuerpo humano. Lo hizo (según mi parecer) para poder estar presente a nosotros en tiempo y espacio - un hombre viviendo en Palestina del primer siglo. Al final de su vida, paso por un proceso que le dio la capacidad de romper las barreras de tiempo y espacio. Por este motivo puede ofrecernos su cuerpo a pesar del hecho que vivimos veinte siglos y miles de kilómetros lejos de él. Y la cosa más maravillosa es que este domingo nos da la oportunidad de conectarse en el nivel más profundo posible.

Él es el pan vivo bajado del cielo. Si comemos de su carne, tendremos vida dentro de nosotros, la única vida que perdura para siempre.

sábado, 15 de agosto de 2015

La homilía de Don Julián para la solemnidad de la Asunción de la Virgen


Asunción de la Virgen (15 Agosto)

Lc 1, 39-56
 

“A los humildes enaltece”

Quizás para algunos especialmente los protestantes, el papel de la Virgen María no fue tan “determinante” como proclamamos los católicos, que la veneramos, ¡no la adoramos!, como colaboradora en la obra de su Hijo Jesús. Pero aunque se la contemple sólo como una fiel cumplidora de la voluntad de Dios, merecería estar por lo menos a la misma altura que los profetas y patriarcas.

Algo insignificante puede ser imprescindible una gran obra. Un hombre, por muy héroe que sea, necesitó una mujer que lo pariera. Por eso:

  • “Si la nota dijese: una nota no hace la melodía… no habría sinfonía.
  • Si una piedra dijese: una piedra no puede levantar una pared… no habría casa.
  • Si una gota de agua dijese: una gota de agua no puede formar un río… no habría mares.
  • Si el hombre dijese: un gesto de amor no puede salvar a la Humanidad… no habría justicia, paz, felicidad (Michel Quoist).

San Juan Damasceno, el más ilustre transmisor de esta tradición, comparando la asunción de la santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios, afirma, con elocuencia vehemente:

"Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la esposa que el Padre había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía que aquella que había visto a su hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda criatura como Madre y esclava de Dios."

Según el punto de vista de san Germán de Constantinopla, el cuerpo de la Virgen María, la Madre de Dios, se mantuvo incorrupto y fue llevado al cielo, porque así lo pedía no sólo el hecho de su maternidad divina, sino también la peculiar santidad de su cuerpo virginal:

"Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo él santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté exento de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición humana, sea transformado en cuerpo celestial e incorruptible, lleno de vida y sobremanera glorioso, incólume y participe de la vida perfecta."

Ya desde el siglo segundo, los santos Padres presentan a la Virgen María como la nueva Eva asociada al nuevo Adán, íntimamente unida a él, aunque de modo subordinado, en la lucha contra el enemigo infernal, lucha que, como se anuncia en el protoevangelio, había de desembocar en una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos realidades inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles. Por lo cual, así como la gloriosa resurrección de Cristo fue la parte esencial y el ú1timo trofeo de esta victoria, así también la participación que tuvo la santísima Virgen en esta lucha de su Hijo había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal, ya que, como dice el mismo Apóstol: Cuando esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: "La muerte ha sido absorbida en la victoria."
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domingo, 9 de agosto de 2015

La homilía de Don Julián para el domingo 9 de agosto de 2015


19 T.O. Pan bajado del cielo, 9 Agosto. Jn 6, 41-52

Jesús nos dice hoy que él es el pan vivo bajado del cielo y que tenemos que comer de el para tener la vida verdadera.

No hay don mayor que el Cuerpo y Sangre de Jesús. Quisiera explicar esto con una comparación. En la entrada de un templo hay una ventana que muestra un ave enorme. Es una pelícana con los pequeños pelicanitos debajo. Ellos tienen sus bocas abiertas esperando algo, pero la pelícana no tiene comida. Entonces con su pico, ella abre su pecho para dar un poco de carne y sangre a los pequeños. Se puede ver las gotas de sangre saliendo de su lado. Jesús hace algo semejante – pero mucho más grande – para nosotros. Nos da su propia carne y sangre como alimento.

Necesitamos esta comida para llegar a nuestro destino. Podemos ver esto en la primera lectura que vislumbra la Eucaristía. El profeta Elías estaba en el desierto y a pesar de ser el primer y el mayor profeta de Israel, estaba triste. Pensaba que su vida había fracasado y solamente querría dormir, perder la conciencia y morir. Pero Dios envió un ángel que lo despertó y a su cabecera había un pan cocido y un jarro de agua. Él comió y bebió – y se durmió otra vez. Ahora no era un sueño drogado, no era un sueño de desesperación sino reparación. Se levantó y comió de nuevo y con la fuerza de aquel pan caminó cuarenta días hasta el Monte del Señor.

Jesús también quiere darnos comida para nuestro viaje – pan vivo que nos da poder. Por eso, dice, “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá la vida eterna”.

¿Queremos amar a Cristo?

¿Queremos amarlo para…

·       serle fiel hasta la muerte…

·       haciendo vida nuestra sus enseñanzas

·       amando como Él nos ama…

·       dando testimonio de que Él es el centro de nuestra vida

·       dándole a conocer a todos

·       haciendo el bien en silencio

·       haciendo siempre su voluntad

·       sabiendo escuchar, comprender y servir como Él.
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domingo, 2 de agosto de 2015

La homilía de Don Julián para el domingo 2 de agosto


18 T.O. Ni hambre ni sed, 2 Ago. Jn 6, 24-35

·       Usted no es una persona, sólo es un animal.

·       ¿Por qué me dice usted eso? Me ofende.

·       Porque sólo piensa en reproducirse y llenar su estómago. ¿Por qué no se pregunta por qué vive, a quién ama? Hasta Nietzsche decía: “cuando un hombre tiene un porqué vivir soporta cualquier cómo”.

·       ¡Déjese de rollos, eso está pasado de moda!

·       Entonces, cuando esté usted a punto de morir podría decir: “me alimenté y me reproduje, pero no he vivido”.

¡No es lo mismo existir que vivir!

Jesús nos pide que creamos en Él, que creer en Él es capacitarnos para amar y que quien no ama existe, pero no vive.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice: “Yo soy”. Jesús comienza a auto-revelarse. Jesús: “Yo soy el pan de vida”. No dice que Él multiplica el pan. Él dice: “Yo soy el Pan de Vida”. Y a continuación afirma: “El que venga a mí no tendrá hambre”.

Para entender el significado de esa auto-revelación, tenemos que ver el contexto. Jesús está hablando a sus hermanos judíos. Jesús es un hijo de Israel; nació de la raza escogida, el pueblo judío. Su madre, la Virgen María, era una mujer judía fiel. Cuando el pueblo judío escuchaba la palabra “pan”, ellos pensaron inmediatamente en la mana, el pan milagroso que Dios les dio durante los cuarenta años en el desierto. Por eso, dijeron a Jesús, “nuestros padres comieron el mana en el desierto”.

·       ¿De qué tiene usted hambre o sed?

·       ¿Tiene hambre de ser mejor persona, mejor hijo, mejor espos@, mejor católico?

·       ¿Qué siente cuando reza “danos hoy el pan de cada día”?

La Iglesia católica tiene miles de comedores para atender a pobres, para que al menos tengan “el pan de cada día”. Los cristianos, y especialmente los que participan en la Eucaristía dominical, ayudan o sostienen esos comedores. ¡También en verano! Los comedores de la Iglesia: “no cierran por vacaciones”. El hombre y la pobreza no tienen vacaciones. Usted católico debe ser consciente de ello y esté en el lugar que esté, debe colaborar con sus donativos a mantener la ayuda que ofrece Cáritas.

Seguro que recuerdas un episodio escrito por Dante.

Ugolino y sus cuatro hijos son encarcelados y condenados a morir de hambre. Durante tres días, Ugolino permanece sentado contra el muro de la cárcel con la cabeza entre las manos, mudo y triste, sin levantar los ojos para no ver a sus hijos agonizar de hambre. Después de varios días, dos de sus hijos se acercaron a él arrastrándose y le dicen: “Padre, ¡come de nosotros!”.

Eso es lo que nos dice a nosotros Jesús, ¿tienes hambre o sed? “Yo soy el pan vivo y el agua viva”.
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